Los impuestos y las carnes - A los bifes con los impuestos.
La Nacion.
Autor: Cr. Santiago Saenz Valiente. Director Fundador de SSV y Asoc (1987).
La causa esencial de la pérdida de competitividad en Argentina es la intolerable carga fiscal, la cual está instalada desde más de una década atrás. Es imperioso un rediseño de la estructura tributaria para evitar continuar dañando la economía.
Excesivos impuestos complejos distorsivos superpuestos entre sí, cumulo de información requerida por los fiscos, cumplimientos formales permanentes que se trasladan a los contribuyentes con elevados gastos administrativos, son algunos de los motivos del incremento desmedido de costos que integran luego el precio de los productos exportados.
En el ranking mundial de ingreso por cápita, Argentina está N 55 en con U$S 17.000 hab/año, y EEUU logra el puesto N 4 cuyo ingreso promedio es de U$S 63.000 hab/año. La cantidad de tributos y de normas legales vinculadas, están muy por debajo de nuestros 96 impuestos y 65.000 normas reglamentarias e interpretativas que nos agobian diariamente. Ello produce una constante inseguridad jurídica que ahuyenta las posibles inversiones en empresas estables en nuestro territorio.
En Latinoamérica el promedio del impuesto a la renta es del 28%, en el mundo del 24% y nosotros con 35%. La carga sobre los movimientos bancarios es un “merito” casi exclusivo con tasa del 1,2% al flujo de los fondos que se proyecta computar a cuenta del impuesto a las ganancias en 5 años posteriores.En las jurisdicciones provinciales lideramos tristemente con el impuesto sobre los Ingresos brutos, done la venta de carnes esta alcanzada por el 1,75% cuando la empresa ya no es PYME. A este tributo no le interesa si existió o no renta y se acumula en cada una de las etapas productivas, exportándose impuestos contenidos en el precio, practica nefasta. La autoridades provinciales saben de memoria el perjuicio que este tributo produce, su eliminación y eventual remplazo es urgente.Uruguay hizo reformas recientes.
La tasa de impuesto a las ganancias de las sociedades es del 25% (IRAE) pero las explotaciones agropecuarias pueden optar por abonar el IMEBA y abonar entre 1,5% y 2,5% de la primera venta agropecuaria, estando restringido solo para empresas que no superen U$S 200.000 anuales y el límite de extensión es de 1250 Has.En cuanto al IVA, nuestro vecino país tiene exenta las frutas, verduras y carnes.La herramienta “novedosa” en nuestro país para ejercer control y miedo en los productos cárnicos es el REGISTRO FISCAL DE OPERADORES DE CARNE BOVINA Y BUBALINA, un calco de la que se aplica hace varios años para la comercialización de los granos. Se trata de una medida injusta y lejos está de ser voluntaria como la pregona el ente recaudador.
La suspensión o exclusión de este padrón puede motivarse en cuestiones menores formales y absolutamente subjetivas, en cuyo caso se produce una retención del total del IVA 10,5% al vendedor de la hacienda. Por su parte, no está dispuesto una devolución inmediata de saldos favorables al productor y la privación de este capital de trabajo está ausente de resarcimiento al dueño de ese dinero.Se exige también pagos a cuenta y percepciones (adelantos) en las compras de hacienda por faena.El chip ganadero ha quedado sin vigencia por falta de reglamentación, pero se vienen nuevas normas de control y trazabilidad tributaria. La carga impositiva que agobia a la carne, se manifiesta claramente en cálculos realizados en conjunto con la Cámara Argentina de Feedlot.
Se puede obtener una utilidad de $ 765 en la compra de un ternero de 190 kilos y terminado con 310 Kgs. De ahí en más se descuentan los impuestos nacionales, provinciales y municipales, quedando para el productor una renta ínfima cuando la operatoria se desarrolla en la provincia de Buenos Aires.El golpe mortal lo brinda el impuesto de Ingresos Brutos, la carga del impuesto bancario, los efectos financieros tributarios y el impuesto a las ganancias, terminan llevándose la mayoría de la utilidad posible de obtener.
Tenemos la esperanza que esta situación se revierta, pues nuestro país debe recuperar las cabezas perdidas por políticas económicas equivocadas y disponer un régimen para promocionar las actividades que pueden y supieron engrandecer a la Argentina. .