Economías regionales: el eterno potencial trabado por la falta de estrategia oficial.
Diario La Nación. Diego Cabot.
LA NACION reunió a los principales analistas, representantes del sector financiero, productores y economistas para analizar la crisis actual y la oportunidad a futuro. Santiago Saenz Valiente (SSV), Cesar Litvin (Lisicki y Litvin), José Del Río (LA NACION), Carlos Abeledo (Techint) y Nadin Argañaraz (Iaraf).Foto:LA NACION/Marcelo Gómez
Fueron dos jornadas que recorrieron el entramado productivo de todo el país. "Economías regionales. De la crisis a la oportunidad". Así se llamó el encuentro que organizó LA NACION junto con la Fundación Banco Ciudad por el que pasaron los principales analistas, economistas, productores, empresarios y representantes de cámaras sectoriales de la Argentina.
El presidente y el vicepresidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio y Juan Curutchet, fueron los encargados de abrir la jornada, en un mano a mano con José Del Rio, adscripto a la Secretaría General de LA NACION. "Le doy mucha importancia a las economías regionales porque creo que el futuro de la Argentina pasa por ahí. Es el claro ejemplo de un potencial no aprovechado, porque hay un Estado que oprime y pone un pie en la cabeza", dijo Frigerio.Los conceptos de Curutchet coincidieron: "Las economías regionales necesitan un cambio, tanto en lo jurídico como en lo económico. Hay un problema grave de rentabilidad y hay productores que se están cayendo. Seguir igual no es una opción"."¿Cuánto terreno se ha perdido?", se le preguntó a Frigerio. "Muchísimo. Hemos perdido terreno y mercados, algunos más fáciles de recuperar y otros menos. Yo recorrí el país y el panorama es desolador", contestó.
A la hora de los números, el ejecutivo dijo que la Argentina puede darle de comer a 400 millones de personas pero no puede alimentar a cuatro millones de pobres. "El desarrollo de las economías regionales está muy vinculado con la posibilidad de combatir el principal problema que tiene el país, que es la pobreza y la indigencia", agregó.La agenda tributaria fue otro de los temas que se trataron. César Litvin, contador y socio de Lisicki, Litvin & Asociados; Santiago Sáenz Valiente, contador y socio de SSV & Asociados; Nadin Argañaraz, economista del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), y Carlos Abeledo, director de Impuestos de Techint, fueron los encargados de debatir sobre la cuestión fiscal.
Todos coincidieron en la necesidad de adecuar el esquema tributario a la realidad de los precios y los costos. "La Argentina tiene asfixia tributaria, necesitamos darle alivio fiscal a los productores. Hay cosas que se pueden hacer de inmediato: eliminar las retenciones a las economías regionales es algo que se tiene que hacer el 11 de diciembre. O empezar a bajar enseguida las retenciones para la soja", dijo Frigerio.El repaso de la situación macroeconómica estuvo a cargo de los economistas Daniel Artana (FIEL), Dante Sica (Abeceb) y Jorge Banconcellos (Ieral). "¿Cuándo habría que devaluar y cuánto, si es que hay que hacerlo?", preguntó Francisco Olivera, moderador de la charla y columnista de LA NACION.
"Hay tres dólares distintos para tres realidades distintas; habrá que ver qué política económica se implementa después del 10 de diciembre para ver hacia dónde convergemos", contestó Vasconcellos. Sica habló de los precios que gozó la Argentina en los últimos. El real siempre se apreciaba y el precio de la soja siempre crecía. Pero ahora tenemos precios de la soja estables y cayendo en los próximos años, y un real que se ha devaluado fuertemente". Frigerio, al ser consultado sobre el mismo tema dijo que "éste es el gobierno que más ha devaluado en el mundo".Julio Cesar Crivelli, titular del estudio que lleva su nombre y consejero de la Cámara Argentina de la Construcción, habló de infraestructura, habló de la necesidad de volver a los mercados para financiar grandes obras: "La devaluación, dijo, sólo sirve en el contexto de un plan concreto".
La cuestión productiva fue abordada en otro panel por representantes de diversos sectores. José Chediack, presidente de Grupo Phronesis (dueño de la marca Oliovita); Gustavo Lázzari, presidente de la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines, y Guillermo Barzi (h.), presidente de Wines of Argentina, fueron los oradores. Todos, a su turno, repitieron una frase común: "Falta de competitividad". Y hablaron de como la poca previsibilidad los perjudicó.